En la mayoría de los casinos de Monterrey, el olor a cigarro invade desde la entrada, pese a las normativas vigentes que prohíben fumar en lugares cerrados. De 14 casinos, 12 permiten el uso de tabaco sin restricciones, incluso proporcionando ceniceros a los jugadores.
Ex trabajadoras relatan lo difícil que es trabajar en esos espacios: “El olor era insoportable, y al final del turno, la ropa y el cabello quedaban impregnados de cigarro”. Solo dos casinos, Caliente y Codere, cumplen con la ley.
La falta de cumplimiento afecta directamente a quienes no fuman, volviéndolos fumadores pasivos y exponiéndolos a los efectos nocivos del cigarro en ambientes cerrados.